viernes, 27 de septiembre de 2013

«Marcar paquete»


Disculpen el título, pero con la que se escucha en diez minutos de radio o tele, mi título es un fragmento de nana infantil. Desde hace días, la red no para de histéricos reclamos católicos que "demuestran" que el papa no es tan "abierto" como dicen "los progres". El papa "dijo" que "nunca fue de derechas", pero en realidad eso hay que contextualizarlo, a lo que gentilmente nos ayuda la derecha católica española, para finalmente arribar a la tranquilizadora hermenéutica que nos demuestra que la frase, en principio, no quiere decir nada. De todos modos seguimos trabajando para que quiera decir exactamente lo contrario: que el papa es claramente de derechas.
Acabo de leer un tuit en esa línea, que podría ser cómico:
«¡Pemán! Esto va a desorientar a los progres. ¿Cómo hacer la ola a un Papa al que le gusta Pemán?»
En el caso de la dichosa frase de "la derecha" hay que ubicar en el contexto de que el papa es argentino, entonces el autoritarismo y Videla y los militares, y bla, bla, bla. En este caso, mejor no molestarse en contextualizar nada: el papa dice que le gusta Pemán, y dado que Pemán es un exponente inequívoco de "la derecha", ergo... (afortunadamente, en un tuit no cabe un silogismo).
Parece que hay gente que no sabe ni le interesa si fuera de las fronteras de España hay cuatro elefantes estirando la piel de toro, o hay algo más. Por ejemplo, en el caso de Pemán, para un argentino, y profesor de literatura para más señas (como el papa), es un gran autor de la literatura española, no sé si se plantea si era de derechas, como no sé si se plantea que Miguel Hernández era de izquierdas. En mi facultad de teología (que no se caracterizaba en esa época por ser demasiado conservadora) la obra elegida por el grupo de teatro era una estupenda de Pemán. No está identificado con la "derecha" ni con nada "antiprogre".
Pero para enterarse de eso hay que hacer un cierto razonamiento:
-El catolicismo es un fenómeno mundial, más allá de los Pirineos y de la frontera lusa... ¡hay católicos!
-Esos católicos conocen también la literatura española (¡mira tú, España no es sólo para los españoles!) y la aprecian fuera de las tensiones internas.
-La vida no acaba en la dialéctica "derecha-izquierda", ni "conserva-progre", hay vida tras eso!, y fe, ni te cuento!

En el fondo, la DCE, la insufrible y recalcitrante derecha católica española -herida, para colmo, por las ingratas palabras papunas- parece un homosexual reprimido, siempre necesitado de marcar paquete e irla de machito, para que nadie vea lo que le gusta en la intimidad. Y eso causa mucha repulsa. Y lo que es peor, eso afecta a todos los demás católicos que estamos seriamente interesados en hablar al mundo y con el mundo, y no tener que estar explicando que uno es católico pero con todo eso no tiene nada que ver, ni tampoco con "los progres".

1 comentario:

  1. Ay los "progres" y las "derechas" nos tienen a los pelotazos! Muy bueno Abel!

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