domingo, 20 de abril de 2014

Un apunte sobre el bautismo de Umma Azul

Ocurrió en Córdoba, Argentina, un hecho de cierta trascendencia en la problemática del encuentro de la Iglesia con los valores, las expectativas, y también las miserias del mundo moderno: Carlos Ñáñez, arzobispo de Córdoba, admitió el bautismo de Umma Azul, hija de la primera pareja cordobesa de lesbianas unidas civilmente por la ley de "matrimonio igualitario".
Yo me enteré por el blog "Tierras de América", de Alver Metalli, que cuenta la noticia muy equilibradamente.
No me gusta cómo presenta el obispo la cuestión, el bautismo como "derecho" de la niña. En general no me gustan los derechos, me pesan tantos derechos sobre las espaldas, y pienso que el mundo actual va enconrvado y cabizbajo en gran parte porque el peso de tanto absurdo derecho nos impide mirar el horizonte. Pero más allá de la metáfora, el bautismo es una gracia, no un derecho, es un acto gratuito de Cristo, no un derecho de nadie.
Pero si no lo es de Umma Azul, tampoco lo es mío, que quede claro. Así que mi desacuerdo con el Arzobispo es sólo a ese nivel, del lenguaje superficial para tratar del bautismo, no del fondo, que es el haberle administrado, con toda razón, el bautismo a esta almita que estará a partir de ahora tocada más por la gracia que antes, y posiblemente pueda llevar también gracia a su madre y a la pareja de su madre.
El Código de Derecho Canónico dice que se debe negar el bautismo a aquellos niños de cuyos padres no se puede esperar que les den una adecuada formación cristiana; lo cual es quizás este caso. Como soy laico, no me tengo que plantear esos casos de conciencia. Si fuera párroco, posiblemente no tomaría por mí mismo la decisión de bautizar a Umma Azul, lo consultaría con el obispo. Pero como obispo que es, Mons. Carlos Ñáñez está perfectamente capacitado para decidir tanto negar como dar el bautismo, incluso en aparente contradicción con el Código de Derecho Canónico, porque no es el CDC el sucesor de los apóstoles, sino el obispo, así que el CDC, ante la autoridad del obispo, es sólo una ayuda y orientación, al menos en todo lo que toque a la autoridad dentro de la diócesis a él encomendada.

Como esta pareja viene relacionada con el gobierno de Argentina de alguna manera que se me escapa (la presidenta fue madrina de Umma), parece que luego el caso fue o sigue siendo utilizado mediáticamente como muestra de que la Iglesia está cambiando de posición respecto de la cuetión homosexual.
Y ahí aparecen las iras de un sitio católico argentino, muy activo en su defensa de la verdadera fe (es decir, la fe tal como la entienden ellos, claro está). La pregunta de la encuesta de la página es «Mons. Ñáñez: ¿Pertenece al lobby gay?» a continuación, foto del Obispo, y título: «Falso Pastor», tras lo cual viene la friolera de ¡581 comentarios! que hacen arder Troya, obviamente.
Imposible leerlos todos, al menos para mí: los que leí carecen de interés, de humanidad, de seriedad y del más mínimo espíritu cristiano. Eso sí, no hay uno que sea menos que otro en su adhesión a la fe católica...
Se leen cosas como "Hace cincuenta años que no son católicos los pastores, tomaron el control con roncalli el proximo santrucho y luego ubicaron a su gentecita. Ahora está totalmente tomado el cuerpo con el cáncer de la mundanidad."
Otro aporta: "El código de derecho canónico está violado desde hace rato especialmente por jp2 el violador serial de la religión católica."
No vale la pena comentar mucho los comentarios, algunos mucho más fuertes que los dos que puse de ejemplo, pero casi todos en la línea, con esa mezcla de impunidad que da el anonimato de internet, y de falsa piedad que da el fariseismo, pero hay uno que me parece que resume muy bien el fondo de la cuestión. Dice:
«Más allá de lo que diga el arzobispo, el tema es que con apariencia de bien, como el bautizar un niño, se pone del lado de los que viven humillando a la iglesia, provocan escándalo y le da pasto a los enemigos habladores.»
Es verdad que esto da pasto a quienes se mofan de la Iglesia, sobre todo porque permite imaginar una especie de Iglesia a la deriva que no sabe qué hacer en cuanto a su concepción del ser humano y en cuanto a si debe mantenerse firme en el rechazo de las nuevas definiciones antropológicas, o plegarse a ellas.

Pero hay dos aspectos que estos defensores de la fe católica no tienen en cuenta:
-La Iglesia no está en este mundo para dar un testimonio ascéptico de la verdad, de una verdad que pudiera encerrarse en formulaciones. La Iglesia está para dar testimonio de la verdad encontrada en Cristo, y la verdad encontrada en Cristo puede pasar por momentos de oscuridad en la formulación, siempre que eso implique hacer todo lo posible y casi lo imposible por mantener el débil lazo de unión de cada hombre con Dios. La inclusividad de la que tan acertadamente habla el Papa Francisco (y que tantas iras despierta en páginas tan católicas como la que comento). Lo que parece una deriva no es necesariamente una deriva, sino el acompañar un movimiento de vaivén y casi de zozobra de la barca del mundo... precisamente para que no zozobre.

-Lo segundo y muy importante lo acabamos de leer en Semana Santa: hay reacciones contra quienes atacan a la Iglesia, que serían justas en el mundo, pero deben quedar fuera de la Iglesia: cortarle la oreja a Malco, por ejemplo, es una reacción de lo más justa, pero prohibida para los discípulos de Cristo, y no por pacifismo, sino porque si se cumple toda la justicia de este mundo, no se permite la obra redentora de Cristo en él.
Entonces puede ser que sea justo que se le niegue el bautismo a Umma Azul para evitar que su madre y el "lobby gay" (sólo reproduzco la expresión, pero no me hago cargo de ella) utilicen esto como arma arrojadiza contra la Iglesia, pero entonces se está subordinando el bien mayor que tiene la Iglesia (el punto 1, el débil lazo de Dios con el ser humano) al bien menor que es la justicia para la Iglesia en este mundo.

Lo único que pidió Jesús a sus discípulos es que vayan enseñen y bauticen, el Juicio quedó para él, y realmente no tenemos por qué realizarlo.

1 comentario:

  1. me encanto la expresion de un sacerdote amigo cuando le hice una de esas preguntas dificiles " Somos peregrinos, en una Iglesia Peregrina" . Creo que eso lo dice todo.
    Miguel

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