domingo, 31 de agosto de 2014

«cuentas católicas»


Un chico al que sigo en twitter, seminarista chileno, que a veces trae algunas citas interesantes de lo que ve por internet, retuiteaba uno de @Arguments con las «20 cuentas católicas imprescindibles en Twitter.»: http://www.arguments.es/comunicarlafe/20-cuentas-catolicas-twitter/
Inmediatamente salto mi alarma, esa que me hace dar traspiés con amistades, y en mi propia familia, la leche hervida de tano que no puede frenar la lengua: «¿cuentas católicas? qué horror!!!!! el solo concepto me da repeluz (y viendo cuáles son, se me confirma, salvando un par)».
Como en twitter peso menos que una mosca (debo ser el tuitero menos seguido y menos retuiteado de la corta historia de esta red), no creo que este chico me pida justificación de mi exabrupto. De todos modos no veo que pudiera hacerlo en 140 caracteres, así que me he venido aquí a ver si yo mismo me puedo explicar por qué me da repeluz esto de las "cuentas católicas".

El concepto de "sitio católico", "cuenta católica", me incomoda bastante... ¡pero cómo! -me dirán- ¿es que no llevas tú mismo un "sitio catolico" cuyo nombre es "El Testigo Fiel - portal católico"? Sí, efectivamente, contradicciones de uno: me da repeluz lo de "... católico" pero no he encontrado la manera de decir eso mismo en el título de mi sitio. De hecho me incomoda, y desde hace 11 años que trato de ver cómo se puede evitar ponerle de nombre "portal católico".
La justificación en mi caso es que la expresión "el testigo fiel", aunque es completamente bíblica y cristocéntrica, hace pensar en los "Testigos de Jehová" (de hecho, en algunas búsquedas aparece el portal entre links de los Testigos), así que para mí era casi una exigencia de programa que figurara la palabra "católico" en el título. Pero aquí aparece la primera cuestión: no por la identidad del sitio, sino para no engañar a nadie, para que el que buscara cosas de los Testigos de Jehová no se empantanara en algo que no está pensado para él. Si un testigo de Jehová quiere venir a leer cosas de católicos, bienvenido sea, pero que no venga engañado, que no venga creyendo que es de los suyos. No me gustan las páginas evangélicas con pinta de católicas, las páginas católicas que imitan a evangélicos, las páginas provida que hacen pensar que es proaborto, las páginas creyentes que hacen pensar que son ateas, etc.... no me gusta engañar (ni ser engañado).
Cuando el otro busque una página católica, tiene que saber que tiene esta y aquella, pero no que se le imponga una página católica si no la buscaba, y con engaño. Si yo quitara el epígrafe "portal católico" a El Testigo Fiel, sería difícil reconocer rápidamente la identidad católica del sitio. Se podría, desde luego, pero habría un rato en que el lector estaría desorientado/engañado.
Pero entonces -me dirán- hay una identidad católica en los sitios, e incluso puede ser bueno -o al menos necesario- explicitarla, ¿cuál es el problema con las «20 cuentas católicas imprescindibles»? ¡Claro que hay una «identidad católica» en los sitios! eso es sencillamente innegable. El problema, creo yo es doble: si esa identidad es un punto de partida o de llegada, y para qué queremos esa identidad.

Pienso que la identidad tiene que ser un punto de llegada: puesto que quienes hacen el sitio son católicos, y puesto que los contenidos pretenden expresar, reflejar, debatir, la cuestión católica, resulta que el sitio es un sitio católico.
Nos damos cuenta cuando la identidad se ha tomado como punto de partida y no de llegada, porque enseguida el sitio/institución se cree idéntico con la fe católica. Por ejemplo, hay un sitio relativamente nuevo llamado "Infovaticana", no es un sitio oficial ni mucho menos, sin embargo utilizan en el logo el escudo papal como si lo fueran, y no parece que les dé ningún reparo en ello. Estoy seguro que no quieren (subjetivamente) engañar a nadie, pero de hecho se sienten "tan católicos", tan "del riñón" que ¿por qué no habrían de usar el escudo papal? y así de hecho engañan (por ejemplo a mi Sra. que me dijo el otro día que tal noticia la había publicado "La Iglesia"..., pues no, la publicaron unos señores católicos, de un sitio privado llamado infovaticana, buenos o malos católicos, como yo).
Idealmente el nombre de católico no debería figurar en ninguna parte, debería ser algo que los demás descubren, que se nos reconociera por el "hacer católico", no por la etiqueta o el logo.

Pero el problema mayor, creo yo, y es lo que me parece que hace que lo de los "20 sitios..." me dé repeluz, es que cuando partimos de la identidad católica terminamos, querámoslo o no, en un catolicismo de corralito... Me acuerdo de haber ido de joven a algunas manifestaciones políticas en Argentina; naturalmente se mezclaban allí gente de toda clase de sudores, pero los partidos de más a la izquierda (PI, PO, etc) iban envueltos en una soga: el corralito identitario. Soy de izquierda, que no me pierda...
Algo así pasa con los "sitios católicos" que toman el catolicismo como punto de partida, que de tanto creerse "punto de referencia para católicos" en la red, terminan privilegiando la identidad abstracta, pensada (y a menudo meramente imaginada) por sobre la identidad real, es decir, el hecho de que el catolicismo son los creyentes, los buenos creyentes y los malos creyentes, las manos, los pies y los glúteos del Cuerpo de Cristo, Cabeza de su Iglesia.
De allí a juez de la catolicidad de los demás católicos hay un solo paso, y me temo que la mayoría de los "20 sitios..." de la lista han dado ese paso más de una vez, algunos lo dan de manera habitual, alguno hace de dar ese paso una nota de orgullo e identidad.

viernes, 29 de agosto de 2014

Una cosa que me gusta de Francisco...

...es que hable tan sencillo, que tenga bien definido a qué público quiere hablar y sepa cómo hacerlo. Dice cosas mucho menos "rompedoras" que lo que los medios le atribuyen, pero incluso eso, el hecho de que los medios lo vean como un papa "rompedor" es algo muy bueno, ayuda a llamar la atención sobre sus palabras, y a que gente que normalente no se detendría a escuchar al papa, lo haga... ¡y le entienda!
Cuando el papa Benedicto XVI en su encíclica "Deus Caritas est" (nn. 3ss) puso al "agape" en serie con el "eros", mostrando que no hay una total ruptura, sino una continuidad dialéctica, fue mucho más "rompedor" que cualquier catequesis de Francisco... y es curioso que los medios críticos con el papado no le hayan sacado chispas. Pero de lo que sí podemos estar seguros es de que muy pocos entendieron en el momento de qué estaba hablando.
Por supuesto, no significa que una palabra es "más buena" cuando llega inmediatamente, y es "menos buena" si es intelectual, difícil o alambicada... ¡justo yo, incapaz de hablar en sencillo, no diría eso nunca! Una palabra es buena en la medida en que es verdadera, independientemente de si es sencilla o complicada, rompedora o tradicional. A salvo eso, lo de Benedicto tardará mucho en llegar, se habrá perdido la memoria de su pontificado y los teólogos seguirán "haciendo descender" la doctrina de la continuidad tensa entre eros y agape a formulaciones más elementales y "prácticas", mientras que lo que dice Francisco provoca otra clase de efecto, más inmediato, y tan necesario como el "efecto teológico".

Todos necesitamos que se nos hable personalmente, no basta con que nos digan que Dios dijo tal o cual cosa, necesitamos más bien sentir que Dios se dirige a nosotros, y para eso estableció él mismo las mediaciones sensibles. Si nunca sentimos que la Iglesia es ella misma el Dios que habla a cada uno en su lenguaje, entonces la Iglesia no sirve para nada.
Le tocó el turno al lenguaje sencillo, al que no le toca casi nunca, al lenguaje poco "técnico", que parece incluso "descuidado", pero también al lenguaje de problemas religiosos de todos los días, el chismerío, el arribismo, el parroquialismo cerrado... Jesús ha querido ahora pasar de la casa del fariseo cultivado, con quien discute en lenguaje de teólogos, a la casa de Zaqueo, a quien le dice "hoy ha llegado la salvación a esta casa", y esa palabra le perfora el corazón.
Una frase marginal de la entrevista en el avión al regreso de Corea no parece haber llamado mucho la atención de los blogs católicos, pero es toda una novedad: "Yo no soy teólogo". Y no se limita a decirlo: en el curso de la entrevista, frente a una pregunta sobre Mons. Romero, dice que la cuestión en sí debe ser estudiada por los teólogos, pero "piensa que..."; incluso sin ninguna clase de problemas reconoce que "su" próxima encíclica la están redactando gente competente en ello, precisamente porque no es la charlita del avión, sino un texto de Magisterio. Francisco siente (creo yo) muy hondamente que él no es teólogo, y actúa como tal.
Eso es magnífico: ¡hemos sobrecargado a lo largo de la historia al papado con tantas cosas! entre ellas con la responsabilidad de ser teólogo, y es más: de ser un gran teólogo. Y así como en otras ocasiones el papado se desprendió de la tiara, de la silla gestatoria, etc.... ahora se desprendió de algo que tampoco es bueno que le siga pegado: el papa no es, por ser papa, un teólogo, ni mucho menos un gran teólogo, lección que a lo mejor -Dios lo permita- le hace cosquillas a algunos obispos.
Para teólogos están los teólogos, para exégetas, los exégetas, para comunicadores sociales los comunicadores sociales, y para pastores los pastores. Pedro está para ser ícono de la unidad de la iglesia, lo que incluye ser ícono visible del Dios que se acerca, en Jesucristo, a cada uno. En el lenguaje y modo que cada uno requiere. Ese es su modo de ser pastor y maestro.

domingo, 10 de agosto de 2014

Sonatina «Horacio Dantur»


Cuando murió mi papá, el 18 de marzo de este año, escribí una noticia sobre él en este mismo blog, donde, con toda la tristeza del momento, presentaba su figura, en especial en relación a su música.
Unos días más tarde, el 12 de abril, moría también en Buenos Aires el Sr. Horacio Dantur, compañero de secundaria en el Nacional Buenos Aires y amigo de mi papá. Yo no lo conocía, pero su hija, la Sra. Alejandra Dantur, buscando información sobre mi padre en el web, llegó hasta mi post. Por los libros que escribió y su vida pública (aunque opacada en los últimos años), googleando "Hector Della Costa" salen varias entradas, pero Alejandra vino a mi post, de lo que tengo que agradecer a Dios.
Resultó ser que a los 17 años mi papá escribió una sonatina para violín y piano, que dedicó a su amigo por su cumpleaños, reservando la parte de violín para Horacio, y la de piano para un tal Agüero -seguramente como ellos compañero del Buenos Aires-. La partitura la guardó Horacio como un tesoro, y llegó así a manos de su hija, cuyos hija e hijo a su vez estudian piano y violín, respectivamente.
Con gran generosidad, entre los tres pasaron la partitura manuscrita a una edición electrónica en Finale (¡en el endiablado Finale!), y ya es escuchable electrónicamente; mientras tanto, según creo, la preparan para ejecutar humanamente. ¡Y todavía Alejandra me pide disculpas por mail por haber tardado "tanto"!
Es una partitura compleja, evidentemente papá quería mostrar todo lo que sabía en composición, así que no se ahorró notaciones extrañas ni disonancias curiosas. Pero es a la vez fresca, y contiene ya en germen lo que será luego su música de compositor maduro: el oyente no se da cuenta de que está escuchando algo muy difícil, a él le suena natural y sencillo. Es la estela de los artistas que templan su espíritu en Mozart: no necesitan decir "miren qué complicado soy".
Por el dominio de la escritura es evidente que no es su primera obra, aunque sí es la primera y más antigua que tengo de él. De hecho yo estaba convencido de que, aunque sabía leer música desde joven (gracias a lo cual tuvo su primer empleo en SADAIC), había comenzado a componer de mayor; no tenía idea de que lo hiciera ya tan tempranamente.
Me uno por completo al juicio que me hizo Alejandra por email y que me permito transcribir:
«para mí es una obra muy bella, singularísima, llena de disonancias y armonías no convencionales. Me emociona escucharla; se percibe claramente que es el trabajo de una mente joven y, sin duda, genial.»


Sonatina Horacio Dantur by ejecución midi on Grooveshark

Hay que recalcar que es ejecución electrónica (automática), y ni el violín ni el piano suenan con calidad (por ser los sintetizados en un ordenador normal), ni con la calidez que le da la interpretación humana. Pero sirve para hacerse una idea.

Las imágenes que acompañan son el escaneo de la primera página del original (con la caligrafía musical tan característica que acompañó a papá toda su vida), y la misma, tipeada. Muchísimas gracias, Alejandra e hijos, un trabajo emocionante y absolutamente impagable.